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Por Elizabeth Jane Walker; Fotografías de Jere Parobek

 
 

The St. Jude Garden of Eatin'

La huerta de St. Jude proporciona alimentos colmados de nutrientes para los pacientes y un delicioso descanso para voluntarios y visitantes.

No es la tierna lechuga verde, los largos y rosados rabanitos ni siquiera los tomates púrpura lo que captura el interés de Olivia Fontaine de 5 años de edad durante su recorrido por la huerta de verduras en St. Jude Children’s Research Hospital. Cuando la pequeña niña de Canadá se asoma sobre el borde de un contenedor de metal, queda mirando fijamente en una mezcla de fascinación y horror los gusanos rojos y brillantes que se retuercen en el rico y negro compost.

Les vers”, susurra, frunciendo su delicada nariz para mostrar su desagrado.

Olivia y su padre vinieron a la huerta como pasatiempo de la tarde mientras el hermano de Olivia, Caleb, se recupera de un trasplante de médula ósea por leucemia mieloide aguda. En esta tarde húmeda y ventosa, Olivia y su papá se unen a otras familias de pacientes a explorar las maravillas de la huerta de St. Jude.

Mary Carnes and Kevin Krueger

Carnes intercambia opiniones con Kevin Krueger, gerente de adquisiciones y sostenibilidad de St. Jude.

Bayas, arbustos y colmenas

St. Jude fue uno de los primeros hospitales en los Estados Unidos en crear una huerta dedicada a cultivar vegetales y hierbas para el consumo de los pacientes, familias, personal y visitantes.

Originalmente, los empleados del hospital transformaron un lote vacío enfrente del campus principal en una pequeña parcela de vegetales.

Hoy en día, ese espacio contiene serpenteantes senderos, una huerta y 74 parcelas frondosas que estallan con color y fragancia. Tomates Heirloom, puntiagudas hojas de espárragos, tomatillos y guisantes morados se balancean en la brisa, que arremolina los aromas de romero, menta, lavanda y el penetrante aroma del ajo.

A tomato on the vine in the St. Jude garden.

La mayoría de los vegetales que se cultivan en la huerta se destinan a la cafetería del hospital, Kay Kafe. Kevin Krueger, gerente de adquisiciones y sostenibilidad para los Servicios de Comidas de St. Jude, estima que los voluntarios cosecharán más de 3000 libras de productos de la huerta este año y unas 5000 libras el año próximo. Ese tesoro se complementará con higos y cerezas producidas por árboles maduros que se encuentran en otra esquina del campus. Una nueva área de terreno cerca del centro de datos del hospital presentará plantaciones funcionales como arbustos de bayas y árboles frutales. Y se agregarán colmenas a la huerta más tarde este año, que ofrecerán una dulce promesa de miel rica y dorada.

“Los productos frescos son la forma más colmada de nutrientes que se puede obtener”, explica Krueger. “Cultivar vegetales en nuestra huerta alienta a nuestros chefs a incorporar elementos de temporada en sus menús. Si saben que vamos a tener algunos cientos de libras de una cepa realmente buena o un tipo interesante de producto proveniente de nuestra huerta, ellos pueden crear un menú para esto. Luego podemos lanzarlo en el Kay Kafe”.

Trabajemos juntos

El año pasado, St. Jude se asoció con Memphis Tilth, una organización sin fines de lucro que ayuda a administrar la huerta y sirve como fuente de alimentos locales. Memphis Tilth también ayuda a coordinar el Mercado de Granjeros de St. Jude, un recurso semanal dentro del campus para empleados y familiares de pacientes.

Krueger y el equipo de Memphis Tilth se concentran en hacer que la huerta sea un espacio emocionante y atractivo para ser usado por pacientes, familias, empleados y visitantes. Se construyeron nuevos senderos, se plantaron árboles para sombra y se planea proporcionar estructuras de sombra, mesas de pícnic y paisajismo adicional en la periferia de la huerta.

Recientemente, cientos de empleados de St. Jude fueron a la huerta un viernes por la tarde para disfrutar recorridos, música en vivo y camaradería. Otro evento más tarde ese mes atendió específicamente a las familias de los pacientes.

Todas esas actividades requieren trabajadores dispuestos. El hospital depende de voluntarios para plantar, mantener y cosechar los productos de la huerta.

“Cuando hay 100 °F (38 °C) a mediados de verano, probablemente se requieren unas 40 horas por semana solo para mantener regada la huerta”, dice Krueger. “Luego necesitamos ayuda con el mantenimiento regular, quitar las malezas, ayudar cuando comienza la siembra y otras tareas que liberen a nuestro equipo de la huerta para que dirijan actividades educativas y planifiquen nuevos proyectos”.

Recientemente unos 50 empleados del hospital se inscribieron como voluntarios en la huerta después de su horario laboral y en sus descansos para el almuerzo. Hay personas de la comunidad que participan a través del Departamento de Servicios de Voluntarios del hospital. Y grupos universitarios y corporativos a menudo proporcionan mano de obra equivalente a través de días de trabajo organizados.

Todo lo que queda

Como ahora sabe la pequeña Olivia, cultivar vegetales no es solo plantar, regar y esperar. A veces se necesita la ayuda de un gusano trabajador.

“Podemos tomar material de este contendor y agregarlo al suelo, lo que ayuda a que crezcan las plantas”, le explica Mary Carnes de Memphis Tilth a Olivia.

A pesar de que el papá de Olivia le traduce la explicación de Carnes al francés, la pequeña no está convencida. Pero sin importar si comprende totalmente la función de los gusanos, Olivia seguro recordará su visita a la Huerta de St. Jude.

“Queremos que nuestra huerta sea más que un lugar que simplemente proporciona alimentos para la cocina del hospital”, dice Krueger. “Los espacios verdes sanadores se están volviendo cada vez más populares en los hospitales de todo el país. Queremos que el nuestro sea un espacio verde funcional y a la vez que sea un espacio para recargar energía y reponerse”.

Para trabajar como voluntario en la huerta de St. Jude, visite stjude.org/vol-garden.

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